Una lesión grave se refiere a un daño físico o psicológico significativo que tiene un profundo impacto en el bienestar y el funcionamiento diario de una persona. Las lesiones graves a menudo resultan en dolor intenso, períodos de recuperación prolongados, discapacidades a largo plazo o permanentes y gastos médicos sustanciales. Estas lesiones pueden incluir, entre otras, lesiones cerebrales traumáticas, lesiones de la médula espinal, amputaciones, quemaduras graves, daño a órganos, fracturas múltiples y lesiones que provocan desfiguración o deterioro permanente. La gravedad de una lesión grave puede variar, pero generalmente implica una interrupción sustancial en la vida del individuo, lo que podría afectar su capacidad para trabajar, participar en actividades regulares y disfrutar de una buena calidad de vida. Buscar atención médica adecuada, rehabilitación y apoyo legal son cruciales para que las personas que han sufrido lesiones graves naveguen su proceso de recuperación y busquen una compensación por sus pérdidas.